Oh, mis amigos, estamos agobiados con incontables actividades en la iglesia, mientras que la verdadera obra de la Iglesia—la de evangelizar a los perdidos—está casi completamente abandonada. ~ Oswald J. Smith
En esta sección de Evangelismo usted encontrará enseñanzas, herramientas y ejemplos que te ayudarán a cumplir con la misión de vida que Dios te ha dado.
Una “misión” es lo que uno hace—es la obra a la cual se dedica en la vida. Es el blanco o la meta de toda la energía y los recursos (de tiempo, talentos y tesoro) que él gasta. Es “lo que está delante” al cual uno se extiende. Uno de los deseos más profundos del corazón de un cristiano es el de lograr la gran meta de hacer una diferencia eterna con su vida pasajera. Aunque nuestras vidas son como “neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece” (Stg 4.14), Dios nos ha creado en Cristo Jesús para hacer una diferencia eterna mientras que estemos aquí en la tierra.
Esta diferencia eterna que podemos hacer se trata de nuestra “misión de vida”; es la razón por la cual estamos aquí y la meta a que nos extendemos. Lo que encontrarás en estas páginas se diseñó para enseñarte cual es esta misión de vida y también cómo puedes cumplir con ella.
Jesús llamó a Sus discípulos para una tarea específica: ser pescadores de hombres. Quiso enseñarles a evangelizar--a ir a donde los “peces” estaban para sacarlos del agua del pecado y de la condenación para meterlos en lancha salvavidas de la salvación.
Así que, cada cristiano debe entender que hasta que esté evangelizando activamente y reproduciéndose en otros discípulos, todavía no ha terminado el proceso de discipulado. Jesús dijo en Mateo 4.19 que los que le seguían serían convertidos en “pesadores de hombres”. Entonces, un discípulo de Jesucristo que tiene madurez espiritual estará buscando activamente a los pecadores perdidos para guiarlos a la salvación. Piensa en las palabras de Catherine Booth, la esposa de William Booth, el fundador del Ejército de la Salvación:
También, deja que las palabras del famoso predicador, Charles Spurgeon, te vuelvan sobrio:
La obra de discipulado no ha terminado en la vida de un cristiano hasta que el discípulo esté evangelizando activamente (hasta que se convierta en un “pescador de hombres”). Además, la obra de evangelismo a la cual el discípulo se dedica, no ha terminado hasta que haya un discípulo.
Tu obra en la misión no termina hasta que tú hayas hecho un discípulo a la persona que evangelizaste. Esto quiere decir que es la responsabilidad de cada cristiano (cada discípulo del Señor) evangelizar a los inconversos y también ayudar a los nuevos convertidos a crecer a través del proceso de discipulado (para que ellos también puedan llegar a hacer lo mismo evangelizando y discipulado).
Así que, podríamos decir que lo que queremos producir (y reproducir) en el ministerio es un “discipulador evangelístico”—alguien que activamente evangeliza a los inconversos y discipula a los nuevos convertidos que Dios le da, reproduciéndose en otros discipuladores evangelísticos.
Dios nos ha dado una misión simple para cumplir durante nuestro tiempo breve sobre la tierra. ¿Qué dice la Bibia acerca de esta misión y cómo podemos cumplir con ella?